
16 Sep ¿Competencia o cooperación?
Una reflexión importante para aquellos en el mundillo del arte o la creatividad en cualquiera de sus vertientes. Quien estudiase artes en la universidad como yo, se habrá dado cuenta de que está enfocado de un modo absolutamente competitivo y egocéntrico en bastantes casos. Y posteriormente, en algunos entornos laborales, también. Especialmente, en el mundo del diseño textil y de moda. Lo cual me lleva a preguntarme, ¿hay otros modos de enfocar el ser creativo? ¿Se puede ser creativo en estos sectores, dejando atrás egos desmesurados y competitividad destructiva? ¿Por qué no admirar lo que ha hecho el vecino? ¿Por qué no aprender de él? ¿No llegaremos más lejos uniendo fuerzas e ideas?
Según la RAE, cooperación se define como: «…trabajando juntos para beneficio mutuo».
FDR dijo que «la competencia ha demostrado ser útil hasta cierto punto y nada más, pero la cooperación, que es lo que debemos procurar hoy en día, comienza donde termina la competencia».
El ser humano ha logrado evolucionar gracias a la competencia, sí. Pero también a la cooperación. De hecho, la cooperación es la base de nuestro desarrollo. ¿Por qué no aplicarla al mundo creativo? ¿Para hacer algo bueno debes TERMINAR con todo lo anterior, debes APLASTAR a tus competidores? ¿O quizás puedes aprender de lo que se ha hecho antes, combinar tus habilidades con las de otras personas? Puede que, así, el resultado sea aún más brillante.
Bertrand Russell «Lo único que redimirá a la humanidad es la cooperación».
Mi conclusión es que en el mundo creativo debe haber tanto competencia (sana) como cooperación. Es la combinación de ambas cosas lo que permite al ser humano llegar más lejos. Ya que la cooperación sin competencia implicaría que sólo se da una opción.
La verdadera cooperación ha de ser voluntaria, lo cual la hace compatible con las reglas de una sociedad libre. La competencia no es más que un acompañamiento de ésta. En una sociedad donde prime la libertad, y que busque el progreso; ambas han de tener lugar.
Ahora, hay formas de competir que podrían considerarse “sanas” y otras quizás muy excesivas. Considero que la clave está centrarse en la competencia desde un punto de vista de desear el propio crecimiento y desarrollo, no con ello deseando mal ajeno. Tomar ideas y tomar nota de lo que lleva al éxito a otros, no por ello copiando. Intentar llegar más alto, no por ello pisoteando a nadie. Querer ser mejor, sin caer en la trampa del perfeccionismo extremo. Enorgullecernos de lo alcanzado, no por ello sintiéndonos más que nadie.
Un ejemplo de cooperar es el crear técnicas y caminos propios, pero no simplemente desdeñar con todo lo anterior a lo loco, con quizás siglos de aprendizaje humano, sino APRENDER de lo que ya se ha hecho. Integrarlo en nuestras creaciones, o tomarlo como punto de partida para romper con ello. Se pueden emprender nuevos rumbos, pero para romper con lo viejo ha de conocerse.
Esto podría verse como un modo de cooperar, pues haces que lo que alguien invirtió tiempo y esfuerzo en inventar y desarrollar perdure y adquiera importancias nuevas adaptadas a tiempos modernos. Ahora, hablo de ver cada caso, pues en ningún modo el plagio puede verse como una “cooperación”. Pero si quizás por ejemplo decides incorporar técnicas usadas en el cubismo en tu arte dándoles un toque innovador (ejemplo, hacer fotografías y retocarlas digitalmente para que queden en modo cubista), podría considerarse cooperación.
Mantener vivo un legado, al mismo tiempo que este legado te aporta algo a ti como artista.
Un mero ejemplo. Y un eterno debate humano (¡y artístico!), la cooperación vs competencia. No hay un versus. Mi conclusión, hay un cincuenta cincuenta para que las cosas funcionen.
https://mises.org/es/wire/%C2%BFpuede-la-cooperaci%C3%B3n-sustituir-la-competencia
https://www.guarcholga.es/el-ego-y-el-artista-una-relacion-dificil/
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